Coliumo es una pequeña península de la Región del Biobío. Está ubicada a 10 kilómetros de Tomé y a 39 km de Concepción. Si bien destaca por sus acantilados y hermosas playas de arenas doradas, una de las atracciones que más llama la atención a turistas y visitantes es la Casa de Piedra. Una edificación abandonada que se encuentra cerca de un acantilado, mirando de frente al Océano Pacífico.

Si quieres conocer  esta casa debes caminar por un sendero rodeado de arboles nativos, pinos y eucaliptus, que posteriormente se transforma en un camino de no más de un kilómetro y medio, bajando hacia la playa. La Casa de Piedra es un misterio para los visitantes, ya que se trata de una enorme construcción que quedó sin terminar, faltando solo haber colocado las ventanas. Claramente podemos distinguir el área del living, el espacio destinado a los baños, un segundo piso con dormitorios y una imponente terraza desde donde se puede apreciar toda la inmensidad del Océano Pacifico. Bajando por unas escaleras de piedras amarradas en redes de metal, puedes llegar a dos piscinas. Una que se notaba era con agua corriente y, más abajo, otra para ser cubierta con agua de mar cuando subía la marea.

Cerca de los roqueríos, se aprecia una especie de embarcadero donde perfectamente podría recalar una lancha, bote o embarcaciones menores. Allí, pueden verse botes mariscadores o buzos que se sumerjen a recoger las bondades del mar. Todo es de piedra natural que fue intervenida por el hombre a fin de darle la forma deseada. Tanto, las escaleras como las paredes que rodean la construcción está adornada con bellas flores naturales y vegetación que le dan un encanto rústico y mágico.

Actualmente, la casa es visitada por toda clase de turistas que llegan para maravillarse con las vistas al océano, la inmesa paz que emana de ella o maravillarse de sus paisajes.