20 abril, 2024
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Investigadores desarrollan índice de riesgo de varazones en el Golfo de Arauco

La iniciativa contempla tres tramos de valores, que se ilustran como las luces de un
semáforo: verde para valores bajos, amarillo para valores medios y rojo para valores
altos.
Contar con este índice de varazones contribuirá a estar mejor preparados ante este
tipo de fenómenos.

Con el fin de formular un modelo matemático para medir el riesgo de varazones de especies
marinas en nuestras costas, durante el año 2022 se llevó a cabo el proyecto “Forzantes
oceanográficas del varamiento de especies marinas en el Golfo de Arauco”, bajo la dirección
del Dr. Fabián Tapia, académico UdeC e investigador de los centros COPAS Coastal e INCAR.
El proyecto contempló un análisis del registro de varazones en la región entre 2015 y 2022,
mantenido por SERNAPESCA, y de su asociación con las condiciones oceanográficas
predominantes. En una segunda fase del trabajo, el equipo de investigadores diseñó un
algoritmo numérico, basado en métodos de lógica difusa, que utiliza como información de
entrada la fecha, la temperatura del océano y las condiciones de viento y oleaje para
calcular un índice de riesgo, traducido a un número en la escala de uno a diez. Valores más
altos/bajos se consideran como indicadores de un mayor/menor riesgo de varazones. Para
facilitar la comunicación de estos resultados, los investigadores definieron tres tramos de
valores, que se ilustran como las luces de un semáforo: verde para valores bajos, amarillo
para valores medios, y rojo para valores altos.
“El cálculo del índice está basado en información sobre la temperatura superficial del mar,
derivada de imágenes satelitales, condiciones de viento en la zona y condiciones de oleaje
frente al golfo de Arauco”, agregó el académico, enfatizando que, así mismo, el mes del año
sería un predictor importante de este índice de riesgo, ya que durante el análisis se
determinó que casi un 90% de las varazones de peces en la zona ocurren entre enero y
marzo, alcanzando su máxima incidencia en febrero.


Origen e implementación


El proyecto fue financiado por el Programa de Investigación sobre Ecosistemas del Golfo de
Arauco (PREGA), que forma parte de un convenio de investigación entre la Universidad de
Concepción y la empresa Arauco.
“El programa PREGA está financiado por Arauco y albergado en la UdeC, bajo la dirección
del Dr. Renato Quiñones, académico del Departamento de Oceanografía y director del
Centro INCAR. En el proyecto del índice de riesgo de varazones, en particular, participamos
tres académicos del Departamento de Oceanografía UdeC (Fabián Tapia, Renato Quiñones,
Marcus Sobarzo) y un investigador del Centro INCAR (Rodrigo Montes)”, explica Fabián
Tapia.

Actualmente, el proyecto está bajo un periodo de implementación del cálculo diario del
índice para la costa del Golfo de Arauco y de la difusión de estos resultados a través de las
redes sociales y página web de PREGA. Además, durante el mismo periodo se está
evaluando el desempeño y posibles mejoras al modelo.
Relevancia y proyecciones
Según lo conversado con Fabián Tapia, la principal utilidad y objetivo de este modelo
matemático no es, en sí, predecir exactamente qué día y a qué hora ocurrirá una varazón,
sino contribuir a que todos quienes deben reaccionar ante este tipo de fenómenos estén
mejor preparados.


Dicho esto, como parte de las proyecciones del algoritmo, se espera refinar el mismo a
través de los datos recolectados a lo largo de la presente temporada primavera-verano, e
idealmente incorporando información ambiental in situ como variables de entrada, cuando
se implemente este tipo de mediciones y la transmisión de datos en línea.
Sin embargo, esto no es todo, ya que también se puede proyectar ampliar la zona de
medición desde el Golfo de Arauco a toda la costa de Chile central y posteriormente a la
zona norte. Situación que no está demás considerar, ya que “las tendencias en el viento
costero y la intensidad del fenómeno de surgencia señalan que – en años venideros – este
tipo de eventos podría volverse más y más frecuentes en algunas secciones de la costa de
Chile”, concluyó el investigador.