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Investigación determinó factores causantes de gran mortandad de peces en el fiordo

Científicos destacan necesidad de estudiar las formas de alimentación que tienen las microalgas
tóxicas para mantener un bloom por largo tiempo, considerando las nuevas variables ambientales
generadas por el cambio climático.

Durante los meses de marzo y abril del 2021, miles de salmones murieron producto de un bloom de
microalgas ocurrido en el fiordo Comau, Región de Los Lagos, afectando un total de diez centros de
cultivos y causando pérdidas por más de seis mil toneladas. La aparición de la rafidófita Heterosigma
akashiwo, tomó por sorpresa a la industria acuícola.
Esta microalga crea una coloración café en las aguas donde prolifera, debido a la gran biomasa de
células que se logran acumular. Durante la noche migra hacia el fondo de la columna de agua en
busca de nutrientes y en el día, sube a la superficie para realizar fotosíntesis. Genera una disminución
del oxígeno disuelto, lo que afecta fuertemente a los peces en cautiverio. Además, es capaz de
producir ictiotoxinas, que afectan la branquia de los peces, sin embargo, el tipo de toxina y los
factores que alteran la intensidad y frecuencia de producción aún se desconocen.
Si bien lo ocurrido en el fiordo Comau no es un evento de alta frecuencia, existían registros de una
mortandad masiva de peces en áreas cercanas, ocurrida en el año 1988, cuando comenzaba a
proliferar la salmonicultura en Chile. Tras este episodio, comenzaron las labores de monitoreo de
fitoplancton en nuestro país. Según la investigación, las concentraciones de microalgas en ese
entonces fueron similares a lo que ocurrió recientemente.
“Las floraciones de microalgas siguen incrementando en frecuencia, abundancia y diversidad”,
mencionó el Dr. Jorge Mardones, investigador del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y del Centro
de Investigación Dinámica de los Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad
Austral de Chile (UACh), autor principal del estudio.
El biólogo marino explicó que “existen muchas variables físicoquímicas y biológicas que inciden en la
aparición de estos bloom de microalgas y que convergen en el momento exacto para que se generen.
Sin embargo, es cierto que estos microorganismos están apareciendo con una mayor frecuencia”.
Según el trabajo, los efectos del cambio climático siguen siendo un factor determinante para
dilucidar lo que ocurrió durante esos meses. El 2021 fue el segundo año más seco en siete décadas y
actualmente existe un déficit de precipitaciones en el lugar. Esto altera fuertemente la entrada de
agua dulce hacia los fiordos, lo que genera perturbaciones en la columna de agua, estimulando
principalmente el crecimiento de microalgas que producen mayoritariamente ficotoxinas.
El trabajo aborda preguntas acerca de la carga de nutrientes en los fiordos de la Patagonia norte. Se
ha hipotetizado una mayor eutroficación de estos sistemas, es decir, más cantidad de estos
organismos en la columna de agua generada por la actividad humana, generalmente asociada a la
industria acuícola. Sin embargo, el trabajo descartó un exceso en los fiordos estudiados, por lo que se
abre una nueva arista a investigar.
“Si no hay exceso de nutrientes para alimentar esta floración, ¿cómo se mantuvo la biomasa de
microalgas tóxicas durante tanto tiempo? Tenemos la hipótesis, que también abre nuevas
investigaciones, sobre el rol de la mixotrofía, una forma de alimentación mixta donde la cantidad y

tipo de bacterias podría jugar un rol muy importante en este tipo de eventos”, aseguró el Dr.
Mardones.
El estudio publicado en la revista científica Progress in Oceanography destaca la necesidad de
estudiar constantemente la respuesta de las Floraciones Algales Nocivas (FANs) ante nuevas
variables ambientales, considerando el esperable aumento de las sequías en la zona centro-sur del
país y la continuidad de actividades realizadas por el ser humano.