23 abril, 2024
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Preocupación de Asipes ante inminente declaración de jibia como 100% artesanal

Este miércoles 13 de diciembre la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados votará el proyecto de ley que busca dejar la potera y/o línea de mano como único arte exclusivo para la captura de la jibia, lo que significa en la práctica romper el fraccionamiento de esta pesquería que otorga un 80% para el sector artesanal y el 20% restante a la flota y plantas industriales y entregarla en un 100% al mundo artesanal.

A fin de expresar la preocupación del sector industrial por el grave impacto que ocasionará este proyecto en la Región del Biobío, la Presidenta de Asipes, Macarena Cepeda Godoy se reunión con el director Zonal de Pesca, Javier Valencia, a quien le pidió gestiones ante el Gobierno y el Parlamento. “Hemos venido a pedirle los buenos oficios del Director a fin de lograr prorrogar la votación del próximo miércoles y que la Comisión de Pesca amplíe el plazo para escuchar a más actores, específicamente del mundo artesanal de la Región del Biobío y del mundo científico –que no han sido invitados- y de esa forma mejorar la información sobre la cual los parlamentarios deben tomar una decisión”, explicó la representante de los pescadores industriales.

Macarena Cepeda dijo que el fraccionamiento 80-20 permite proteger el empleo en ambos sectores. Actualmente en la Región del Biobío dependen de este recurso dos mil 500 trabajadores que se desempeñan en plantas y flota, de los cuales el 50% son mujeres jefas de hogar. Dijo que en la Cuarta y Octava regiones (Coquimbo y Biobío) existe una complementariedad y labor conjunta entre el sector artesanal e industrial que permite el trabajo sobre el recurso durante todo el año y que es vital para la continuidad en el funcionamiento de las plantas de proceso. “El proyecto que se tramita en la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados se basa en la realidad de la Quinta Región, donde no hay industria pesquera ni trabajo conjunto entre pescadores artesanales e industriales”, apuntó.

De las 60.600 toneladas de jibia desembarcadas por el sector artesanal en la Región del Biobío, a septiembre de este año, la industria pesquera compró 51.000 toneladas, es decir el 85% de esas descargas, las que equivalen a un traspaso de valor superior a los USD$20,5 millones ($12.750 millones).

Actualmente el sector artesanal no logra extraer la totalidad de su cuota asignada debido a la baja tecnificación de sus embarcaciones. Esto, se acentúa en la Región del Biobío a raíz de las condiciones de mal tiempo durante los meses de invierno, que hace más esporádica la operación artesanal. “En noviembre la flota artesanal jibiera sólo pudo operar un par de días debido a condiciones climáticas de viento. Eso no permite el funcionamiento de las plantas industriales”, dijo Macarena Cepeda.

Es importante considerar que el consumo interno de jibia es muy bajo, por lo que casi la totalidad del recurso se destina a mercados de exportación. Por ello, ambos sectores deben compartir y ordenar su captura, debido a que las plantas industriales no pueden sobrevivir sólo con abastecimiento artesanal, que opera sólo con buenas condiciones climáticas. En esta lógica es importante comprender que los precios internacionales de la jibia –que es capturada por otros 10 países más en el Pacífico- depende de esas capturas, donde sólo China captura más de 1 millón de toneladas y Perú otras 500 mil. Por ello no es acertado afirmar que una menor disponibilidad de jibia en el mercado local permitirá un aumento del valor del recurso, pues no se ajusta a la dinámica de los mercados internacionales.

La visión científica
La presidenta de Asipes explicó que “la industria debe seguir capturando su cuota con redes de media agua, las que no interactúan con el fondo marino ni intervienen en los caladeros de la pesca artesanal. Además, estos barcos también pescan merluza y están autorizados para ello, manteniendo el empleo en tierra y sus permisos de pesca. La evaluación del riesgo ecológico asociado al efecto que genera una actividad en el medioambiente, bajo metodología FAO, y a través de investigación conjunta entre Chile y Perú, han demostrado que no existe riesgo ecológico y que el efecto de la pesca de fondo y de media agua y línea de mano o potera es inocuo en el ecosistema.

Por último, Macarena Cepeda dijo que “las empresas, los pescadores artesanales jibieros y el gobierno deben seguir promoviendo el trabajo colaborativo y el trato directo a través de la formación de cooperativas, la eliminación de intermediarios en la venta del producto a las plantas y el mejoramiento de las condiciones de seguridad, sanitarias y de trazabilidad del abastecimiento artesanal y no eliminarnos por secretaría del acceso a esta pesquería”.

Próximamente la cuota global de jibia será definida por la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur (ORP) en función de las capturas históricas de cada país. El aumento de la cuota anual en Chile -manteniendo el fraccionamiento- podrá mejorar «la historia» frente al resto de las naciones con las que nuestro país comparte la captura de este recurso y que hoy es entre 3 y 5 veces más que Chile.