26 abril, 2024
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Desde Lebu pescador artesanal logró darle valor agregado a sus capturas

Crónica

Cinco o 10 pescadores artesanales, por caleta, desarrollando emprendimientos que agregaran valor a sus capturas cambiaría el rostro de la actividad.

Así piensa Leonel Lucero, pescador artesanal que junto a su esposa Yasna Mora, inició 18 años atrás un proyecto para conseguir mejores retornos económicos y el óptimo aprovechamiento de los pescados que capturaba desde su Lebu, en la provincia de Arauco.

La diversificación productiva y agregar valor a las capturas han señalado, expertos y autoridades son los pilares que permitirán al sector artesanal proyectarse manteniendo su identidad.

Leonel Lucero adscribe a esta idea al punto que ahora que ha creado novedosas líneas de harinas, conservas, ahumados y extractos, vende en emporios, hoteles y restaurantes y se prepara para exportar; ofrece también charlas motivacionales. Es claro que tiene que mantener el emprendimiento con números azules en lo económico, pero asegura que la idea de él y su esposa no es el lucro como resultado final sino que quieren transmitir lo aprendido, compartir que se puede crear cosas nuevas y se puede cambiar la vida.

“Yo he sido pescador toda la vida, pero en 2001 decidimos con mi señora ahumar la reineta. Por entonces sólo se conocía el trite ahumado, así es que estuvimos como un año ahumando, alrededor de 10 veces por mes, parte de la pesca que yo traía. Usábamos el método tradicional de ahumar que se conoce desde los tiempos de los pueblos originarios, pero la mayor parte de las veces teníamos que botar el producto. Ensayo y error, pero persistimos. Finalmente logramos hallar el punto preciso, el sabor exacto y comenzamos a regalar la reineta ahumada, única forma de que la gente conociera este producto y que le gustara. Eso fue más o menos todo el año 2002 y en 2003 dejamos de ahumar y comenzaron a preguntarnos y ahí anunciamos que volveríamos a ahumar, pero ahora se vendería”, relata.

Ahumado en conserva
Unos cuatro años después ya vendían mil o mil 500 filetes al mes, frente a 10 filetes que eran las ventas al comienzo. Entonces viajó a Puerto Montt, con la intención de adquirir salmón porque los clientes le habían pedido salmón ahumado. Ahí encontró un frasquito con salmón ahumado en aceite de oliva y alcaparra que costaba $ 12.990. Lo compró, lo probó y anunció:” soy capaz de hacer algo mejor”. De regreso en Lebu le compartió la idea a su señora, ella se entusiasmó y nació “Ahumados Lucero Mora, una tradición familiar”. Porque ahúman del modo tradicional, pero fueron un poco más adelante y prepararon conservas con esos ahumados, en aceite de oliva y con especias y aliños de la zona como merquén, ajo, ajo chilote, semilla de cilantro y otros.

Producen aproximadamente cinco mil unidades mensuales de conservas ahumando alrededor de mil a dos mil kilos mensuales de diferentes pescados.  La actividad da trabajo a unas 20 personas. Leonel Lucero cuenta que ellos mismos se capacitan asistiendo a cursos de perfeccionamiento y cuando es necesario desarrollar estudios complejos, los encarga. “Por esos días saldrá la categorización de las plantas, del Servicio Nacional de Pesca y podremos comenzar a exportar”, informa.

Todos los pescados y mariscos
Ahumados Lucero Mora apuesta no sólo va a la diversificación constante de sus productos finales,  también al uso de todos los pescados y mariscos, según temporada: “porque aquí trabajamos así, con especies de temporada, eso es pesca responsable”, indica.

Producen fresco congelado sellado al vacío; con pescados de roca, atún aleta amarilla y otros. También hacen un aprovechamiento total e integral de cada ejemplar de sierra, reineta, atún y otros; con las escamas elaboran colágeno, luego sacan el Omega 3 del pescado, con la piel elaboran un producto que sirve para el montaje de platos o como bocaditos. La cabeza la utilizan para los fumet, con el hueso de la cabeza y la piel elaboran alimento para mascotas.

Respecto de los ahumados propiamente tales trabajan con reineta, albacora, sierra, jurel, vidriola, pez sol, rollizo, cabrilla y otros, los mismos que capturan en la zona. Con el ahumado preparan las conservas, pero también destinan captura a charquis y bocados saludables.

Lo último es el extracto de marisco, que lograron elaborar hace un par de meses nada más: loco, erizo, navajuela, piure, almeja, camarón, ostión son comprados a los pescadores artesanales y Lucero Mora los deshidrata dejando un 10% de humedad. Este concentrado de sabor permite a los cocineros dar el toque gourmet a cualquier plato.

Potenciar la pesca artesanal
En Lucero Mora creen que es un error relacionar nuevos botes, anzuelos, trajes con valor agregado a la pesca artesanal: “eso es fomentar la pesca comercial porque los peces no se desarrollan a la misma velocidad que nosotros … tenemos que procurar enseñarles a los pescadores artesanales que se puede agregar valor desde la actividad. Nosotros lo demostramos maximizando el uso de los recursos pesqueros, llevándolo los productos al más alto punto de valor proteico, permitiendo uso sencillo y gourmet, respetando nuestro cultura”, concluyen.

Desde Lebu pescador artesanal logró darle valor agregado a sus capturas

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