18 abril, 2024
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Concepción enfrenta desafío de desarrollo urbano en riberas del Andalién

Numerosos conjuntos habitacionales se han construido en los últimos años en la zona de la desembocadura del río Andalién, con el desafío de preservar su valor ambiental.

El río Andalién es el “hermano menor” en la ciudad de Concepción, donde el río Biobío, por su caudal e influencia es el protagonista no solo a nivel urbano, sino de toda la región. Sin embargo, se trata de un río que también ofrece un importante valor paisajístico y natural, en particular en la zona de su desembocadura en la bahía de Concepción, donde sirve de hábitat una variada fauna y floras nativas.

En la actualidad, uno de los principales desafíos que enfrenta está en la fuerte presión que recibe en su ribera sur, en la comuna de Concepción, por los numerosos desarrollos inmobiliarios y la presión por utilizar el suelo para la construcción de viviendas.

Aunque su valor natural ha sido fuertemente degradado, todavía es posible encontrar ciertos sectores de su ribera con comunidades vegetales nativas, entre ellas huele, queule, boldo, peumo y maqui.

Históricamente, además, su desembocadura tiene un gran valor, porque fue aquí donde el gobernador Pedro de Valdivia, fundador de Concepción, se encontró por primera vez con los araucanos, el 24 de febrero de 1550, como lo relata Alonso de Ercilla: “Una batalla tuvo aquí sangrienta/ Donde a punto llegó de ser perdido”.

En 1910 se construyó el puente ferroviario del ramal Concepción-Lirquén-Tomé y que llegaba hasta Confluencia en las cercanías de Chillán. Posteriormente en 1931 se inaugura el puente caminero sobre el Andalién, construido por el ingeniero Enrique Curti Cannobio, de inspiración “art decó”, alumbrado con chonchones a parafina.

Esa obra permitió que Concepción se extendiera hacia el norte y también favoreció la creación de nuevos barrios urbanos como el sector Collao, Chillancito y Villa Cap.

A partir de la década de 1980 comienza un proceso de urbanización de sectores aledaños a la autopista Jorge Alessandri, en camino al aeropuerto Carriel Sur, surgiendo barrios como “Lomas de San Andrés” y posteriormente en el “Fundo de las Monjas” otros sectores como “Lomas de San Sebastián”, “Las Princesas” y “Valle Blanco”.

Ya en el siglo XXI se han desarrollado otras urbanizaciones en la ribera del Andalién, como el barrio “Torreones” y “Valle Noble”, proceso que se ha prolongado también por la ribera norte, por el lado de la comuna de Penco, con barrios como Vilumanque y Cosmito.

Este desarrollo ha motivado la preocupación de organizaciones medioambientalistas, como el movimiento “Salvemos el río Andalién” que se ha propuesto “relevar y visibilizar al río Andalién como reserva natural y ecológica”, quienes han realizado diversas acciones para sensibilizar a las autoridades respecto de los proyectos que se desarrollan en sus riberas.

Es necesario recordar que entre 1990 y 2004 funcionó en la ribera del Andalién el vertedero de Cosmito, que recibía los residuos domiciliarios de Concepción y varias comunas del área metropolitana, sin embargo, hasta la fecha todavía se registran basurales clandestinos, en que pese a las barreras instaladas por los municipios, se sigue registrando la acumulación de residuos, incluso de carácter industrial o correspondientes a desechos de la construcción.

Las comunidades aledañas al río Andalién también denuncian que la falta de control en esta “tierra de nadie” que son las riberas, no solo genera problemas de contaminación ambiental, sino de inseguridad.

Durante este año se han realizado trabajos en el sector de construcción de defensas fluviales, a cargo de la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, destinadas a evitar inundaciones como las que ocurrieron el año 2006 y que dejaron a cientos de familias damnificadas.

Adicionalmente, el Ministerio de Vivienda realizó un proceso de mantención del histórico puente sobre el Andalién, solicitado por los vecinos de Villa San Francisco, que lo utilizan a diario.

Los desafíos del futuro para el sector están en la construcción de una vialidad estructurante, que permita la continuidad de la actual avenida Costanera Andalién en doble calzada por toda la ribera, además de un nuevo viaducto, en el sector del Colegio Almondale Lomas, que ofrezca una alternativa de conexión con Penco.

También las juntas de vecinos están solicitando que se construya un parque ribereño, similar en extensión y calidad al que se materializó para la ribera norte del río Biobío, que mejore la calidad de vida de las miles de familias que viven en el sector y que también elimine los basurales y proteja el medio ambiente de este curso de agua penquista.