Reportaje

Adaptarse o morir es una expresión a la que se recurre a menudo. Debatible o no, Chile está descrito en documentos internacionales especializados como muy vulnerable al Cambio Climático. La biogeografía lo explica por su posición geográfica en el globo terrestre y la variedad de climas que tiene, desde zona mediterránea a canales en el área sur austral, hasta desierto.

Ya hay manifestaciones; la desertificación en la zona central, la estrechez hídrica que está llegando a la Región del Biobío y otros como un aumento leve del nivel del mar.

Para enfrentar esa vulnerabilidad se ha instituido políticas y acciones, una de las cuales se desarrolla en la región, en Coliumo, comuna de Tomé. El poblado es parte del grupo de cuatro caletas piloto en el país que participan en el plan que apunta al Fortalecimiento de la Capacidad de Adaptación al Cambio Climático del Sector Pesca y Acuicultura.

Cofinanciado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, GEF por su sigla en inglés, e implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO y ejecutado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura y el Ministerio del Medio Ambiente.

El consultor técnico zonal pesquero Biobío de la FAO, Alberto Fuentes Larenas está al frente del Proyecto GEF Adaptación de la Pesca y Acuicultura al Cambio Climático. Explica que lleva año y medio en desarrollo y se prolongará hasta 2020. Trabaja con todas las organizaciones y las expectativas son interesar a toda la comunidad.

En la línea de ejecutar las componentes del proyecto con las organizaciones es que aparece la importancia de la mujer en Coliumo.  Son armadoras, pescadoras, algueras, recolectoras, cultivadoras del mar y son reconocidas por ser lideresas, innovadoras, versátiles y proactivas. Presiden Asociaciones Gremiales, sindicatos, participan en organizaciones institucionales y de sindicatos de nivel regional y nacional, realizan emprendimientos. Los relatos de algunas de las dirigentes que participan en el plan lo comprueban aunque todas coinciden en que los varones son igualmente importantes en ésta y otras tareas.

El proyecto GEF además de trabajar con organizaciones y representantes de grupos productivos incluirá a los alumnos de la Escuela de caleta del Medio.

Alternativas
La iniciativa tiene tres componentes: una guarda relación con lo institucional en que la FAO apoya iniciativas para fortalecer la capacidad técnica y de gestión de los servicios públicos regionales y locales.

Otra es la adaptación, en la que en opinión de Fuentes está el foco para Chile:”adaptarse no es una receta sino un conjunto de alternativas y cómo uno se adapte depende de los sectores. Chile tiene una política de Estado, el Plan Nacional de Cambio Climático y dentro de él el Plan para Pesca y Acuicultura fue aprobado por el Comité de Ministros en 2015-2016 con 29 medida, la mayoría de adaptación».

Metas claras
El proyecto apunta a productos tangibles: fortalecimiento de las capacidades; monitoreo local; programas piloto de repoblamiento de algas. Buscar valor agregado para algunos recursos, como el pepino de mar. Se tendrá una propuesta para el aprovechamiento de la fauna acompañante en las pesquerías en que operan los tomecinos de Coliumo, como sardina y anchoveta, merluza.

Levantarán información y elaborarán mapas temáticos que indicarán a los visitantes en qué ubicación, dentro de la caleta, se halla instalada tal o cuál actividad, así como la zona de riesgo por inundación de maremoto, entre otros.
Una aproximación a lo que se busca es la mayor diversificación productiva y para ello están involucrando a la gente que, de una u otra manera, hace turismo.

“Necesitamos prepararnos”
Víctor Torres es presidente del Sindicato 1 de Lancheros. Con 91 socios la organización reúne pescadores artesanales, buzo, recolectores de orilla, armadores de embarcaciones menores e incluso dos mujeres armadoras. Operan en la jibia, sardina y anchoveta, congrio, merluza, algas.

“¿Por qué participamos en este proyecto de la FAO? debido a que necesitamos estar preparados para el Cambio Climático. Tener conocimiento, información y ya hemos participado en charlas que ayudarán a aumentar la resilencia dentro de la caleta”, explica.

Agrega que saben que deben estar protegidos frente a los cambios y apuestan por la búsqueda de un desarrollo pesquero, acuícola más sostenible en Coliumo. En un sector del Área de Manejo del sindicato, comenta, hay bastante pepino de mar y allí apuntaron y ya definieron, con profesionales, que se le puede dar un buen uso, agregarle valor y comercializar con éxito.

Fomentar la acuicultura
Yessica Cabrera tiene concesión de acuicultura en Bahía Coliumo y trabaja su emprendimiento Granja Marina. Cultiva ostras japonesa, chilena, choritos y cholgas. “Lo hago de manera sustentable y hemos constatado que, con el tiempo, hay escasez de recursos del mar y nosotros tratamos de fomentar la acuicultura en la región. Por eso me interesó el Proyecto de la FAO. Es una organización de prestigio internacional y aprender del Cambio Climático ya es beneficioso para conocer las bases científicas de fenómenos que una advierte”, indica.

¿Qué espera del proyecto? Que Coliumo se muestre en todo su potencial, que se abarque el turismo, la cultura, el tema paisajístico, los cultivos, la extracción, la recolección, los restaurantes, cabañas para pernoctar, en síntesis que todo el tejido social y productivo se una y fortalezca. “Acá la mayoría estamos- ligados a lo pesquero, pero de poquito hay que ir diversificando…”, plantea.

Conciencia ambiental
Paula Reyes, preside la Asociación Gremial de Armadores de Embarcaciones Menores AG Coliumo. Valora que el proyecto permitirá participar a todas las organizaciones y particulares que tienen desarrollos en la caleta, todas las opiniones son importantes, sostiene con fuerza. “A nosotros sí que nos preocupa el Cambio Climático, y partimos por el presente buscando que podamos tener más conciencia, no botar basura, aguas servidas, aceites, desechos de materiales al mar. Vemos como el plástico le pasa la cuenta a organismos marinos y aves…somos nacidos y criados en Coliumo, en el mar y el borde costero está nuestra vida, nuestro sustento, hay que cuidarlo, no dañarlo y también tomar conciencia de cómo se realizan algunas actividades como la pesca, vigilar el tipo de malla, no privilegiar cantidad en vez de calidad porque se perjudica a las especies si se capturan peces pequeños”, arguye.

La dirigente pone la vista lejos: a futuro, dice, serán los ahora niños los que vivirán directamente los efectos de lo que ahora se haga y en esa línea se debe entender que los recursos pesqueros pueden o van a decaer, en algún momento, entonces hay que diversificar: sacar adelante cocinerías, cabañas, recorridos turísticos, paseos marítimos, repoblamientos y más.

Atisbando el cambio
Víctor Torres, Yessica Cabrera, Paula Reyes comentan fenómenos que, creen, pueden advertir del Cambio Climático. Saberlo con base científica será un plus del proyecto

Los temporales no son “como los de antes” cuando duraban varios días. Ahora son de periodos más cortos, pero de mayor intensidad, más fuerza.

De acuerdo con los “viejos” de la caleta ha aumentado la pleamar (mar a su máxima altura)

Ha cambiado el borde costero, creen que es porque el mar ha recobrado antiguos espacios que se habían ocupado, incluso, para vivienda.

Las olas “parecen distintas”, lo que sí es cierto que las corrientes entran con más fuerza y una prueba es que en los cultivos se usaban cabos de 18 milímetros para las cuelgas con cierta carga; mismas que ahora necesitan cabos de 32 milímetros o son arrastradas.

La conclusión es: “Tenemos que estar protegidos frente a lo que vendrá”, coinciden.

Cambio Climático
Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmmucc), el cambio climático es: un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparable.