29 abril, 2024
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De ‘Guido’ a Gonkoken nanoi: Conoce la historia del hadrosaurio que vivió hace 72 millones de años en la Patagonia

El nuevo dinosaurio descrito por los científicos destaca por su pico similar al de los
patos. Estiman que midió entre 3,5 a 4 metros de largo y que pudo pesar hasta una
tonelada. Sus hábitos alimenticios eran herbívoros.

Punta Arenas, 16 de junio de 2023.- “Las hojas de Guido” es un cuento infantil bilingüe
ilustrado por el autor regional Pablo Ruiz Teneb que trata sobre un simpático hadrosaurio
que vivió en la Patagonia durante el periodo Cretácico y que tenía fascinación por
coleccionar hojas de los árboles de su entorno. Una entretenida historia que ha sido
contada a niños y niñas en distintas ocasiones y comunas de la región (incluso en las más
apartadas y rurales) en establecimientos educacionales, en juntas de vecinos, en ferias de
fomento lector y otras instancias ciudadanas…¡Hasta tiene su versión en teatro de papel!
Pero más allá de la ficción y de lo anecdótico que pueda parecer, lo cierto es que la historia
tiene su componente real. Un estudio publicado recientemente en la revista Science
Advances por investigadores de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, del
Instituto Antártico Chileno (INACH) y del Museo de Historia Natural dio a conocer a este
curioso dinosaurio con “pico de pato” que existió hace 72 millones de años en Cerro Guido,
localidad de la provincia de Última Esperanza y que nombraron como Gonkoken nanoi. Es
decir, ahora y después de diez años de arduo trabajo científico, finalmente el hadrosaurio
Guido tiene identificada su especie.
Este cuento infantil tiene su principal inspiración en las campañas paleontológicas que
desde hace más de una década son organizadas por el INACH y lideradas por su director
nacional, el Dr. Marcelo Leppe Cartes. Cada año en el mes de febrero un equipo de
especialistas de Chile, Argentina, Brasil, Estados Unidos y Alemania, además de otras
nacionalidades, se traslada hasta el valle del río de las Chinas – cuna de grandes hallazgos
paleontológicos – para estudiar los fósiles escondidos en el lugar y dilucidar algunos
grandes misterios de la historia natural: ¿Qué fue lo que sucedió al final de la era de los
dinosaurios? ¿Qué animales y plantas habitaban este lugar a finales del Cretácico?, entre
otras interesantes interrogantes.
Precisamente este espécimen es una nueva pieza del rompecabezas que se suma a los
hallazgos ya realizados, siendo el segundo dinosaurio herbívoro encontrado en esta zona,
el otro fue el Stegouros elengassen, un anquilosaurio dado a conocer en diciembre de 2021.
“Gonkoken nanoi es un dinosaurio importante para Chile, el quinto descubierto a nivel
nacional y el segundo bautizado y exclusivo del valle de las Chinas y junto con las dos
especies de mamíferos (Magallanodon y Orretherium) que son los más antiguos
encontrados en Chile, dan una referencia de que en valle de las Chinas, Cerro Guido y la
investigación que se está desarrollando en ese lugar va a seguir dando frutos y abriendo
preguntas tan importantes como qué tipo de relación existió entre América y Antártica. Dado
que tenemos otras manifestaciones de vida como plantas e invertebrados, y toda esa gran

riqueza biológica que está atrapada en por lo menos 20 millones de años del final de la era
de los dinosaurios”, afirmó Leppe, quien es uno de los autores del artículo.
Describiendo al Gonkoken nanoi
Llama la atención su particular nombre que proviene de las palabras en lengua Aonikenk
‘gon’ que significa parecido o similar, ‘koken’ que es pato silvestre o cisne. En tanto, se le
colocó la denominación ‘nanoi’ en homenaje y reconocimiento a Mario “Nano” Ulloa, un
antiguo puestero de la Estancia Las Chinas, quién colaboró activamente en los primeros
descubrimientos de animales y plantas fósiles de esa zona.
Se estima que podían llegar a medir entre 3,5 a 4 metros de largo y pesar entre 600
kilogramos a una tonelada. “Estos eran dinosaurios de apariencia esbelta, que podían
adoptar fácilmente tanto una postura bípeda como cuadrúpeda para alcanzar vegetación en
altura y a ras de suelo. Tenían grandes picos aplanados en el extremo, semejantes a un
pato, pero con bordes más cortantes y enormes baterías dentales en sus mandíbulas,
formadas por numerosas corridas de cientos de dientes con las cuales podían moler, triturar
y cortar prácticamente cualquier material vegetal, incluyendo madera. Poseían, además,
comportamiento social, y cuidaban de sus crías”, describe el Dr. Alexander Vargas, director
de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile.
“El lugar del hallazgo contiene numerosos huesos desarticulados en excelente estado de
preservación”, afirma Jhonatan Alarcón, investigador de la Red Paleontológica de la U. de
Chile y autor principal del estudio. Estas piezas pertenecen tanto a ejemplares adultos como
juveniles y han podido recuperarse progresivamente en las expediciones del INACH.
Menciona que la extracción fue bastante difícil ya que: “La primera dificultad estuvo en la
excavación en sí, porque uno sacaba un hueso y aparecía otro por debajo. Entonces, fue
muy difícil extraer los huesos sin perder información y sin dañar otros elementos óseos”,
señala Alarcón. Esta labor les permitió encontrar más de un centenar de huesos como
vértebras, huesos del cráneo, extremidades y costillas, entre otras osamentas que fueron
sometidas a tomografías computarizadas y las piezas faltantes pudieron ser reconstruidas
digitalmente gracias al trabajo desarrollado por el equipo de la Universidad de Chile. Lo
anterior permitió elaborar el esqueleto completo de un Gonkoken nanoi en formato digital.
Actualmente, el equipo está en la búsqueda de recursos que permitan imprimir este
esqueleto en 3D en tamaño real para su exhibición.
Para conocer mayores detalles sobre el trabajo realizado por los investigadores en el
laboratorio, se sugiere revisar la nota periodística publicada por la Universidad de Chile.
De Magallanes al mundo
Cerro Guido se ubica a 105 kilómetros de Puerto Natales y pertenece a la comuna de
Torres del Paine. El valle del río de las Chinas es un territorio marcado por el afluente que
nace en la Cordillera de los Andes y fluye hacia el sur hasta desembocar en el lado oriental
del Lago Toro en el Parque Nacional Torres del Paine. Desarrollar las investigaciones en la
zona no ha sido fácil principalmente por las condiciones del clima, según relata Dra. Leslie
Manríquez, investigadora postdoctoral de INACH y otra de las autoras del estudio, quien
cuenta cómo realizan el trabajo en terreno.

“Las temperaturas son bien extremas durante todo el año, en verano que es el mejor
momento para hacer expediciones paleontológicas, nos ha tocado días en que la
temperatura puede llegar casi los 30 ºC pero también se ha trabajado en temperaturas muy
frías bajo la nieve, con lluvia y mucho viento, entonces las condiciones climáticas son muy
difíciles para realizar el trabajo paleontológico. Hemos sufrido una serie de percances,
incluso han habido hasta inundaciones. Para ir a estos lugares tienes que tener en cuenta
eso, se genera una campaña de 15 días, pero de ellos podemos trabajar la mitad, sólo
porque las condiciones climáticas no nos permiten, entonces el trabajo que se ha hecho en
terreno estos diez años ha sido de bastante esfuerzo, el equipo conoce las condiciones y le
gusta lo que hace pese a los percances que nos da la naturaleza”, afirma.
Pero todo el esfuerzo que han realizado ha valido la pena, hoy cuentan con un nuevo
dinosaurio para la región de Magallanes y de la Antártica Chilena, en una región que es
líder en ciencia mundial, tal como destaca el gobernador regional Jorge Flies Añón: “Mis
felicitaciones al trabajo que realizó el equipo de INACH y nuestras universidades nacionales
como la U. de Chile que con los datos que entregan están saliendo al mundo. Hoy tenemos
la buena noticia de que ha salido una nueva especie de dinosaurio desde esta región”.
De más está decir que esta historia está en desarrollo, al igual que el trabajo en terreno
para buscar nuevas respuestas y desentrañar nuevos misterios en las próximas
expediciones que organizará el INACH y en las que participarán el equipo de expertos de la
Red Paleontológica de la U. de Chile en colaboración con investigadores e investigadoras
de otras instituciones y países.
“Hay muchas preguntas que surgen a partir de los nuevos hallazgos, la publicación de una
nueva especie es especial y cuando se hace en una revista de muy alto impacto también se
dice que hay un reconocimiento a la calidad de lo que se está desarrollando”, cierra Leppe.