19 abril, 2024
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Luis Durán, un pescador industrial chileno que quedó en Africa a causa de la pandemia

*Son entre 30 y 50 los hombres de mar connacionales que viven  la pandemia lejos de casa

Luis Rubén Durán Concha (51) piloto en un pesquero de la UMI Trading Co. es uno de la veintena de chilenos que trabaja en barcos de esa compañía y está viviendo la pandemia del Covid 19 en Mauritania, al norte de Africa.

Tenía viaje previsto a Chile para fines de abril, programado en base al sistema de trabajo que es tres meses de labor por uno de descanso, pero todo cambió : »  esta vez, si sumamos el actual panorama,  podría ser que el periodo de trabajo se alargue cuatro o seis meses más y si no eres anímicamente fuerte te derrumbas. Por medio de la agencia de viajes hemos sabido que no hay vuelos hasta mayo, pero eso es en principio, ya que las cosas van cambiando día a día. Debido a la contingencia tendré que esperar, pero es por el bien de todos, y debes entenderlo de esa manera,  o si no te deprimes y en estas circunstancias sería lo peor que te pasara».

Luis Durán,  en Chile vive en Concepción con su esposa y dos hijas. La esposa dejó su trabajo de profesora de Química cuando, en octubre de 2015, el oficial aceptó el ofrecimiento de trabajo del manager y capitán de la empresa, Luis Reyes.  «Antes de tomar la decisión de aceptar esta propuesta de trabajo lo pensamos y analizamos bastante, pues el costo familiar era y es alto».

Hombres de mar

Luis, y otros navegantes a los que la pandemia sorprendió en mares distantes, están siendo contactados, para saber de su situación, por los directivos de su sindicato,  el Sindicato Interempresas de Trabajadores Oficiales de Naves Especiales y Regionales MMN, con base en Talcahuano. Juan Carlos González, presidente, explica que: «ellos siguen siendo socios nuestros y, hoy en día, hay entre 30 y 50 colegas desempeñándose en naves de Perú, Ecuador, Brasil, Senegal, Omán, Mauritania, entre otros países. Ellos emigraron en busca de nuevos horizontes, con resultados de éxito y prestigio para los pescadores de Chile».

Durán dice que emigró cuando él y muchos colegas fueron desvinculados de la industria pesquera que, ante ajustes legislativos, redujo drásticamente la flota y: «eran escasas, por no decir nulas, las posibilidades de volver a insertarse en el sistema. Hubo también fusiones ( de compañías) y eso dejó a gran parte del personal embarcado sin trabajo, que la mayoría de nosotros hemos desarrollado durante casi toda nuestra vida laboral». Reconoce sí que:» la verdad es que hace falta tener un grado de locura para trabajar en mar».  Pero él es navegante y cree que «En el mundo existen tres tipos de hombres/ Los que están vivos/ Los que están muertos/ Y los hombres de mar», en la reflexión que se adjudica a Sócrates. Luis Durán y esos chilenos que pescan por el mundo en medio de una pandemia son hombres de mar.

La pandemia en Africa

El piloto está en la ciudad de Nouadhubou, de Mauritania, y relata que:»lo que me ha tocado ver sobre la pandemia es que, como sabemos, la OMS, al constatar que en Europa las cifras de contagio aumentaban, sobre todo en España, recomendó al Magreb ( países del norte de África) que tomaran medidas inmediatas y hace ya casi un mes se cerraron las fronteras. Aquí las cifras de contagio son bajas y, afortunadamente, en Nouadhiboy no hay ninguna».

Luis cuenta con un seguro de salud que se hace efectivo en las Palmas de Gran Canaria, ya que en Mauritania la salud pública es precaria. Es por ello que en caso de accidente el personal embarcado es trasladado vía aérea hasta Palmas.

Capturan sardina aurita, jurel y caballa en forma ocasional, por toda la costa de Mauritania en navegaciones de entre dos y tres días, hasta 270 millas de costa. Su capturas, hechas con cerco, se destinan a congelado y harina de pescado.

Sobre la pesca en Chile reconoce que está algo ajeno al acontecer diario, pero se entera por artículos de prensa e informaciones de su Sindicato y a veces conversaciones con colegas. Considera que la situación es ambigua:» mientras la industria se siga atomizando continuarán los despidos, de ésta manera serán más frecuentes los contratos por tres meses, lo cual, irremediablemente, a la postre nos transformará en simples temporeros».

Por ahora,  se esfuerza por enfrentar estar lejos en un momento tan crítico para todos, tranquilo sí porque su esposa e hijas se hallan con buena salud: » nos contactamos con nuestras familias vía telefónica e internet. Los míos bien y sin problemas, gracias a Dios».